miércoles, 30 de diciembre de 2015

encontrando mi hueco

A veces para poner a algunos idiotas en su sitio, acaba comportándose uno también de un modo infantil e idiota. Pero te quedas tan “agustito” como dice aquel… que merece la pena.


Y ahora ¡que hablen! Ahora sí les he dado tema pero, al menos, lo que dicen no son mentiras. Ellos contentos seguro, pero yo mucho más. Ahora las etiquetas no me las pone nadie, sólo yo y cuando quiera me las quito.

martes, 22 de diciembre de 2015

Alex me regala una tarde

21 de diciembre, Alex me pide que le lleve a patinar, yo me abstengo de hacer "mis recados" y él me regala una tarde, una tarde de chicos.
A la ida escogió CD, Los ositos panda. "Después eliges tu Patri".
Recorre la pista de patinaje arriba-abajo, media hora después perdemos una rueda... no podemos seguir patinando.
La bisa está de cumple y vamos a darle un par de besos, consigue ganarme a la Oca.
Elijo disco: CocoRosie, descubrimos que le encantan.
Visitamos los Belenes, compramos chuches. El mejor chuche sus besos y abrazos.
Un regalo de navidad, un día de chicos.
Gracias

domingo, 20 de diciembre de 2015

entre roces

    Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar.  "Rayuela"